«…. Has Abandonado Tu Primer Amor…(Yeshúa) «

 

En este estudio, exploramos las revelaciones del Tanaj y documentos rabínicos que apuntan a Yeshúa como cumplimiento de profecías y tradiciones. Comenzamos con una reflexión importante sobre la historia del cristianismo, que a partir de la segunda mitad del siglo II comenzó a separarse de su primer amor y de las raíces hebraicas que formaban la base de la fe.

Este proceso de distanciamiento se hizo más evidente alrededor del año 150 d.C., cuando aumentaron las tensiones entre cristianos gentiles y judíos. La comunidad de la iglesia en Éfeso fue una de las primeras en enfrentar este desafío. En Apocalipsis 2:4-5, Yeshúa les dice: «Pero tengo contra ti que has abandonado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete.» Este mensaje es una advertencia clara sobre el peligro de alejarse de las raíces originales de la fe.

La iglesia de Éfeso, que inicialmente estaba arraigada en los enseñanzas de Yeshúa y en la Torá, comenzó a perder esa conexión vital. Sin embargo, este distanciamiento no fue solo cultural. Los primeros padres de la Iglesia, como Justino Mártir, Orígenes y Clemente de Alejandría, comenzaron a basar sus enseñanzas en filosofías griegas, especialmente en las ideas de Platón y otros pensadores como Aristóteles y Plotino. En lugar de seguir los enseñanzas de Moisés y las Escrituras del Tanaj, comenzaron a introducir conceptos filosóficos que se alejaban de las raíces hebraicas de la fe.

Yeshúa advierte a la iglesia en Éfeso sobre la influencia de doctrinas erróneas, mencionando específicamente a los nicolaítas en Apocalipsis 2:6, donde dice: «Tienes, sin embargo, esto: que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.» Los nicolaítas promovían una mezcla de prácticas paganas con el cristianismo, justificando comportamientos inmorales y comprometiendo la pureza de la fe. Yeshúa los rechazaba porque estos enseñanzas diluían la verdad del Evangelio y alejaban a los creyentes de los enseñanzas originales de la Torá.

El desafío de las doctrinas nicolaítas no se limitó a la iglesia de Éfeso. En Apocalipsis 2:12-15, Yeshúa se dirige a la iglesia en Pérgamo, donde menciona nuevamente la influencia de los nicolaítas: «Pero tengo contra ti algunas pocas cosas: tienes ahí a los que siguen la doctrina de Balaam… así tienes también a los que siguen la doctrina de los nicolaítas, la cual yo aborrezco.» Aquí vemos que los creyentes en Pérgamo no solo estaban siendo influenciados por la doctrina de los nicolaítas, sino también por la enseñanza de Balaam, que indujo a Israel a caer en la idolatría y en prácticas inmorales.

Yeshúa hace una advertencia clara: aquellos que comprometen su fe con doctrinas paganas y filosofías ajenas se están alejando de la verdad divina. Este patrón se repite en las cartas a otras iglesias en Apocalipsis. En Tiatira, Yeshúa advierte contra la influencia de una mujer llamada Jezabel, que también promovía la idolatría y la inmoralidad sexual (Apocalipsis 2:20). En Laodicea, Yeshúa reprende a la iglesia por ser tibia: «Conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. Ojalá fueras frío o caliente. Pero, por cuanto eres tibio, y no eres frío ni caliente, te vomitaré de mi boca» (Apocalipsis 3:15-16). Esta declaración sobre ser frío o caliente refleja una advertencia contra la falta de compromiso, señalando que ser tibio es peligroso, ya que lleva a la complacencia y al compromiso con el mundo.

Desafortunadamente, las doctrinas de los nicolaítas no se limitaron a las iglesias de Éfeso, Pérgamo o Tiatira. Hasta el día de hoy, vemos cómo gran parte del cristianismo continúa alejándose de los enseñanzas originales de la Torá y de las fiestas del Eterno descritas en Levítico 23. Muchas comunidades cristianas han dejado de celebrar las fiestas bíblicas, como El Shabbat, la Pascua o Pesaj, Sucot y Yom Kipur, optando por festividades de origen pagano.

Por ejemplo, el Día Domingo, el Día de San Valentín, que tiene raíces en el antiguo festival romano de Lupercalia, es una celebración pagana dedicada a la fertilidad. El Año Nuevo, celebrado el 1 de enero, también tiene orígenes paganos, relacionado con la veneración a Jano, el dios romano de los comienzos. El Halloween, por su parte, remonta al festival celta de Samhain ( una festividad celta de origen pagano que se celebra tradicionalmente el 31 de octubre y marca el final de la temporada de cosechas y el inicio del invierno, se consideraba un momento en que el «velo» entre el mundo de los vivos y los muertos era más delgado, permitiendo la comunicación con los espíritus ). Y el Carnaval, deriva de festividades romanas en honor a Baco, caracterizadas por excesos e inmoralidad.

Estas celebraciones reflejan la continuidad de las doctrinas de los nicolaítas, que mezclaban el paganismo con la adoración a Dios. Yeshúa nos advierte contra esta mezcla, pues diluye la verdad del Evangelio y nos aleja de los enseñanzas originales. Es crucial que volvamos a nuestras raíces, celebrando las fiestas bíblicas y manteniendo la pureza de nuestra fe, para que podamos verdaderamente seguir a Yeshúa como la Luz del Mundo.

Te invito a ver el video completo de este estudio en nuestro canal, donde exploramos en profundidad cómo la iglesia se separó de su Primer Amor y comenzó a distanciarse de sus raíces hebraicas. A lo largo del video, analizamos cómo este proceso impactó la fe original en Yeshúa y qué significa volver a esas raíces y reconectarnos con nuestro primer amor espiritual.

Este es un tema crucial para comprender la historia de la fe y su desarrollo. Si te interesa conocer más sobre cómo ocurrió esta separación y cómo podemos restaurar esa conexión con las enseñanzas originales, ¡no te lo pierdas!

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